Entrevistamos a Antonio Leiva Más, Director Gerente de A. Leyva S.A.
En esta ocasión, la Cátedra de Empresa Familiar de Jaén se ha acercado a las instalaciones de la fábrica que A. Leyva S.A. tiene en Linares, una factoría moderna construida hace siete años, de cuidado diseño, tecnología punta, óptimas instalaciones para el trabajo en donde se ve reflejada la filosofía de su fundador: trabajo bien hecho basado en la tradición, calidad, innovación y mejora continua.
D. Antonio Leiva nos acogió con gran cordialidad y disfrutamos de una charla distendida en la que nos fueron desveladas las claves que le han llevado a obtener magníficos resultados en su empresa. Si queremos calificar de forma breve a este empresario podíamos decir que es un emprendedor elegante. En primer lugar y, como analizaremos a continuación, D. Antonio reúne las cualidades que todo emprendedor debe tener: visión empresarial, creatividad, ambición, no aversión al riesgo… Y es una persona de la que emana elegancia, quizás sea por los años que lleva, alrededor de 50, en el mundo de la moda.
La empresa de A. Leyva S.A. ha obtenido en los últimos meses el premio ALAS a la internacionalización de la empresa andaluza, en reconocimiento a la constancia en su trabajo y a la calidad de su producto. La marca Leyva está presente en casi veinte países, se puede encontrar en lugares como la Quinta Avenida de Nueva York o los almacenes Harrods de Londres. En Holanda cuentan con 160 clientes y tres representantes de su marca. En la actualidad, están volcados en el mercado australiano y haciendo sus pinitos en Rusia o en Japón.
El trabajo es la base
D. Antonio nos comenta que su empresa no es fruto del marketing, sino del superarse día a día en el trabajo e intentar mejorar los pequeños fallos que puedan surgir. Su empresa se basa en la creatividad y el trabajo bien elaborado, en palabras del empresario: “La I+D+I es muy importante en nuestra empresa pero lo es más el T+T+T (trabajo, trabajo y trabajo)”. Trabaja todos los días de la semana sin parar y nos dice que actualmente uno de sus placeres favoritos es trabajar en su casa en pijama, lejos de los teléfonos y reuniones, rodeado de su familia.
Creación de la empresa
Como muchas de las empresas familiares de éxito, A. Leyva S.A. tiene sus orígenes en una idea, en una ambición y/o en una necesidad. D. Antonio nos dice así: “Yo soy un niño precoz, ya con once años estaba trabajando con mi padre, entonces no era explotación, era necesidad. Por la noche estudiaba”.
Su padre era sastre y trabajó con él durante algún tiempo, pero ya a los quince años tenía su sastrería propia. Más tarde, se marcó nuevas metas y montó una tienda de ropa, el origen de sus tiendas actuales. A finales de los cincuenta comenzó a hacer corbatas, pero por problemas de abastecimiento de la seda con la que trabajaba, dejó ese negocio y empezó con la marroquinería para no perder clientes. Fabrica cinturones y otros artículos de piel. Aunque los cinturones es el producto más conocido de esta empresa, por su exclusividad en el diseño y los novedosos materiales empleados, elaboran otros productos y, como botón de muestra, podemos apuntar que en el verano de 2008 lanzará una exclusiva colección de bolsos.
Emprender con ambición por conseguir los objetivos
Su vida se ha visto marcada por el afán de conseguir pequeños retos, afianzarlos y mejorarlos, buscando la perfección en la elaboración de cada uno de sus productos, creando productos de calidad. Él afirma: “Si hacemos una cosa buena, tenemos que apoyarnos en ella y, poco a poco, ir ampliando el camino”.
Buscan vendedores para sus marcas muy preparados, elaboran productos que sigan las tendencias del mercado. Actúan en un mercado tan cambiante como el de la moda, que les exige crear nuevos diseños constantemente y un mercado difícil de mantener por la competencia de las grandes marcas basadas en la publicidad y el marketing. Nos comenta D. Antonio que en sus comienzos había muchas empresas con su dimensión que actuaban en el mercado, alrededor de cuarenta, pero que en la actualidad, de ellas ya solo quedan seis o siete.
Como emprendedor, poco a poco, se va marcando metas y va vislumbrando escenarios que otras empresas no alcanzan.
Creatividad y no aversión al riesgo
La creatividad es un gran valor en esta empresa. Cada año y cada temporada tienen que cambiar sus modelos de la colección para mantenerse en el mercado. Esto exige un gran departamento de diseño. El cambio constante provoca un riesgo que va asumiendo. En sus propias palabras: “Al principio tuve muchos problemas porque, claro, era muy joven. Yo creía que todo el mundo pagaba y no era así”.
D. Antonio va aprendiendo de sus errores y organizando su empresa poco a poco y tratando de controlar el riesgo en el que incurre. Como consecuencia de su entusiasmo y la resistencia adquirida a través de los años, ha sabido recuperarse de los fracasos y su objetivo es dejarles a sus hijos una empresa con una organización que les permita continuar con el negocio. Conoce el mercado y sabe que no es fácil mantenerse, pero trata de poner todo lo que pueda por su parte para que así sea.
Equipo humano
Como buen emprendedor, sabe que necesita de un equipo compacto y cohesionado capaz de obtener buenos resultados y trata de arrastrar a gente valiosa hacia sus proyectos empresariales. “Parte del patrimonio de esta empresa es de nuestros colaboradores y debemos de conservarlo para el futuro”, afirma Leiva.
Se preocupa por el futuro de su familia y de sus colaboradores y apunta que la empresa debe ser fuerte y seguir manteniéndose para que haya posibilidades de trabajo para los hijos de sus trabajadores que no puedan o no quieran encontrar trabajo fuera de la empresa.
Empresa familiar
Antonio Leiva trabaja desde hace años con sus hijos en la empresa. Hoy, con 62 años, ya piensa en el relevo generacional. “Lo que espero es que mis hijos continúen con la trayectoria que hemos seguido hasta ahora y que los hijos de mis hijos también continúen con esta labor”.
La suya es una empresa familiar, en la que la sucesión está planificada. Nos habla con palabras de elogio del papel de sus sucesores en la empresa. Antonio, al frente del departamento de exterior y marketing; Mayca, al frente de las tiendas de la empresa; Elsa, en el departamento de administración; y nos presenta con gran cariño a su hija Esther, apuntando su gran labor en el departamento de diseño.
Como en las empresas familiares que tienen mejores resultados, comparte un sueño con sus hijos y en unos años quiere que ellos tomen la iniciativa, aunque él no piensa dejar la empresa nunca, porque su espíritu emprendedor no le abandona y disfruta con el trabajo.
El “sueño” de su proyecto empresarial ya es compartido por las dos generaciones que coexisten en la empresa, debido al entusiasmo que ha sabido transmitir D. Antonio, delegando a tiempo numerosas decisiones en sus hijos e integrándolos en la empresa.