José Miguel Antequera Solís
Nos encontramos en un momento de crisis económica con datos de desempleo cercanos al 18,5% en España y del 9,5% en la Zona Euro (1). Crisis que todavía se prevé durará un cierto tiempo más. Son momentos en los que casar los balances y lograr objetivos, o por lo menos no entrar en pérdidas, son tareas arduas y difíciles para muchas empresas, e incluso para el propio Estado español, que con la inminente subida de impuestos pretende aumentar sus ingresos para que le permitan cubrir sus gastos sin aumentar mucho más su déficit.
El reto de afrontar la crisis
En este contexto parece claro que las empresas necesitan reducir sus costes, ante la imposibilidad de aumentar sus ventas. Entre ellos se encuentran los costes laborales que suponen para las empresas españolas, en función de su actividad, cifras entre el 40% y el 80% del total de costes.
La forma más fácil de realizar esta reducción de costes laborales parece, a priori, que es el despido, ya sea vía expediente de regulación de empleo o vía despidos individuales. El problema de estas soluciones es que suelen ser muy costosas tanto económica como socialmente hablando, y provocan un enorme rechazo político, social e incluso judicial, además de incidir negativamente en la imagen que la empresa transmite a la sociedad y su entorno.
Los desafíos de la empresa familiar
Este problema se acentúa seguramente más en las empresas familiares por sus características propias y por su importancia para la economía de España. La clave para entender el comportamiento de estas empresas se encuentra en la influencia e interrelación de la familia en la empresa y viceversa. Familia que normalmente vive, se desarrolla, en la misma población donde se encuentra su empresa y que no puede moverse fácilmente de allí. Suelen ser empresas con cierta antigüedad que tienen estructuras laborales pesadas, normalmente heredadas de padres a hijos. En cuanto a datos económicos el número aproximado de empresas familiares en España es de dos millones y medio, el 65% de las empresas españolas son familiares, generan el 70% del P.I.B. español, dan empleo a más de 9,5 millones de personas, lo que supone el 80% del empleo privado español (2).
Existen alternativas al despido
Sin embargo, existen otras vías para conseguir una reducción de costes laborales sin necesidad de recurrir a los tan usados, en estos momentos, despidos. Estas soluciones requieren de la negociación y el acuerdo entre la empresa y sus trabajadores, acuerdos en los cuales ambas partes deben ceder un poco y en los que las empresas familiares por la implicación y presencia de la familia tienen probablemente más facilidad de alcanzar. Nos referimos a medidas tales como: reducción del absentismo laboral, buscar pactos de congelación salarial, realizar una reducción de jornada laboral, utilizar las cláusulas de descuelgue salarial en aquellos convenios que las contemplen o buscar la movilidad funcional dentro de la empresa entre áreas menos productivas a aquellas que lo son más.
De todas ellas, las tres primeras podrían suponer una importante reducción de costes sin excesivos traumas para las empresas y sus trabajadores. Por un lado, en España la tasa de absentismo laboral se sitúa entre el 3% y el 12% en función de la región (Andalucía se encuentra en el máximo), siendo su media del 6% frente a la Unión Europea que se encuentra en el 4,6% (3), con un coste anual para las empresas de 12.700 millones de euros (4). Sólo con una reducción mínima de este absentismo los ahorros directos y el aumento de la productividad supondría un importante impulso a las maltrechas economías de las empresas. Por otro lado, la reducción de horas de trabajo o la congelación salarial suponen un impacto directo positivo sobre las cuentas empresariales a la vez que, especialmente la reducción de horas, puede ser compensado por el trabajador vía otros ingresos sociales como desempleo.
Con estas alternativas podemos lograr ajustar las tan necesarias cuentas de las empresas sin necesidad de grandes traumas sociales y económicos a la espera de pasar esta situación y la llegada de mejores momentos para todos. Especialmente habría que intentar estas otras vías para las empresas familiares por, como ya hemos comentado, la importancia que tiene para la economía española y la población en que se encuentran.
Es necesario dar una respuesta específica a las necesidades de cada empresa
Indudablemente en estas breves páginas no pretendemos dar una solución mágica o única, ni tan siquiera nos atrevemos a proponer consejos, a un problema que cada empresario conoce, trabaja y sufre diariamente. Pero sí proponer alternativas que quizás, bien aplicadas por parte de las empresas, sus familias, los trabajadores y, con la ayuda e implicación clara, firme y tangible en euros de los agentes sociales, ayudan a las empresas y a la sociedad en la que se encuentran. Más, si cabe, a las empresas familiares, por su importancia para su entorno, que no tienen tan fácil la deslocalización empresarial y que han de convivir tanto empresa como familia en la misma población.
(1) Datos a Julio de 2009 según Día a Día de Comfia-CCOO (Septiembre 2009).
(2) Datos Estudio Cámaras de Comercio Pyme familiar, puente al futuro (2009).
(3) Datos Estudio Adecco sobre el absentismo laboral en España.
(4) Datos Estudio de la Fundación Másfamilia, la Escuela de Negocios EOI y la consultora Tatum (2009).
Para más información puede contactar con José Miguel Antequera Solis en el correo electrónico jasolis@ujaen.es